Mucho se ha dicho en diferentes espacios que los tiempos pasados fueron mejor, ¿será cierto acaso tal afirmación?; Necesariamente se debería pensar mucho en las características de los momentos históricos sobre los cuales se han legitimado todo tipo de práctica social y probablemente sea posible reconocer que evocar el pasado para ratificar la descomposición social en la que actualmente nos encontramos, no es mas que una disculpa que ratifica la incapacidad de lograr transformaciones sociales históricas que en su momento se debieron dar.
Resulta una postura cómoda hacer una crítica a lo nuevo como desechable u otros calificativos que frecuentemente se emiten por personas que en su afán por justificar sus prácticas, se han quedado anquilosados en el tiempo que nostálgicos evocan y se ufanan de los momentos de gloria vividos a tal punto de restregarlo en la cara de quienes intentan construir un camino alternativo.
Lo nuevo debe abrirse camino como una condición natural que exige de otras miradas, otros actores, pero sobre todo es necesario comprender que las realidades sociales actuales son la consecuencia de la evolución histórica de las problemáticas que en tiempos pasados no se atendieron como realmente se debió hacer.
«Lo viejo es historia que necesariamente debe conocerse como un antecedente valioso pero realmente corresponde a lo nuevo evitar que en el futuro se presenten discusiones sobre el tema»
OmArViPa